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Apple es una de las marcas más conocidas a nivel mundial. No solo por lo que vende, sino por su marca en sí. La compañía de la manzana es una de aquellas pocas en la que su marca no ha sido opacada por su mercancía; marca que se ha transformado en el símbolo de confianza de la empresa.

Si bien últimamente se la ha visto envuelta en problemas legales junto a su rival Samsung (Leer: Apple y Samsung vuelven a los tribunales), no hay duda que esta compañía es signo de innovación en el mercado tecnológico.

Pero, sobre todo, es un ejemplo de perseverancia para los emprendedores que inician un negocio. Apple, que ahora es la marca más valiosa del mundo, también tuvo un comienzo difícil para llegar a lo que ahora es. A continuación te presentaremos el inicio de la historia de Apple.

¿Cómo se inició Apple?

En 1976, Steven Jobs y Stephen Wozniak instalaron un taller electrónico en el garaje de la casa de Jobs ubicado Cupertino,California.

Para financiar la fabricación de los primeros 50 circuitos del ordenador Apple I, Jobs tuvo que vender su van Volkswagen, y Wozniak vendió su calculadora programable. Así iniciaron en el mercado tecnológico. Esta máquina se la  podía obtener en negocios informáticos o por correo, y se logró vender 175 unidades.

Sin embargo, esta propuesta no le interesó a  Hewlett-Packard (HP), a Intel ni a la empresa  Atari. Y tras varios rechazos iniciales, Wozniak se dedicó a preparar una segunda computadora con mejores técnicas, la Apple II.

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Wozniak y Jobs, creadores de Apple.

Así mismo, Jobs salió a buscar inversionistas, puesto que no contaban con el capital suficiente para seguir invirtiendo en la elaboración de las máquinas. Si incluso, como no podían contratar a personal a falta de dinero, dos de sus primeros empleados fueron estudiantes de colegio.

Jobs consiguió reclutar a Regis McKeena, quien era representante de Intel y considerado uno de los agentes publicitarios más famosos del valle de California. Tanto fue la insistencia de Jobs que McKenna logró conseguir un inversionista para Apple, Don Valentine, un capitalista de riesgo. Pero como ya había ocurrido antes, este rechazó la oferta de invertir en la compañía.

Sin embargo, Don Valentine no iba a dejar la suerte de Apple a la deriva. Él contactó a Mike Markkula, otro inversionista que finalmente aportó 91 mil dólares a la empresa a cambio de un tercio de la compañía.

Con ello, el mal inició de esta gran empresa tecnológica comenzó a tener rumbo. Jobs se retiró de Atari y Woz de HP para iniciar formalmente Apple, cambiándose también a una pequeña oficina de Cupertino.

Sin duda un ejemplo de perseverancia y constancia para quienes se desaniman cuando al inicio de un negocio solo ven pérdidas.

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